Adela Navarro Bello
05/06/2013 - 6:26 am
Fama pública (o negra)
Kiko Vega (así se leerá su nombre en la boleta electoral del 7 de julio en Baja California, aunque se llama Francisco Arturo Vega de Lamadrid), aceptó en una entrevista, que en el último mes de su gobierno municipal en Tijuana había desincorporado un terreno del dominio público para someterlo a la venta. Que en […]
Kiko Vega (así se leerá su nombre en la boleta electoral del 7 de julio en Baja California, aunque se llama Francisco Arturo Vega de Lamadrid), aceptó en una entrevista, que en el último mes de su gobierno municipal en Tijuana había desincorporado un terreno del dominio público para someterlo a la venta. Que en el segundo mes del siguiente Ayuntamiento una persona lo adquirió, y seis meses después se lo vendió a él, por sólo cien mil pesos más del pago original a las arcas municipales, obteniendo un beneficio millonario en menos de un año.
En cualquier administración y en cualquier idioma, a eso se le llama una triangulación financiera de bienes, y resulta harto sospechoso que un Alcalde utilice el poder que tiene, la información privilegiada que genera, para beneficio personal aún a pocos meses de haber concluido su periodo en la administración pública.
Fernando Jorge Castro Trenti no pudo, es más, no se atrevió, a solicitar también la inclusión de su alias en la boleta electoral en la que aparecerá a un lado de Kiko Vega en la contienda para Gobernador de Baja California, porque su apodo, el que muchos años presumió, es, «El Diablo».
Con ese enfoque, la unión entre el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática, ha iniciado una campaña con personajes, nombres y apellidos y directísima, que titularon “si le dicen el diablo, por algo será”.
Para los dos candidatos, para Kiko y para Fernando, estas dos acciones significan el inicio de una campaña negra, o sucia; la realidad es que en ambos casos está basada en la fama pública. Destaca en los dos hechos, lo que ha sido en su vida política, la manera en que se han desempeñado en su paso por la administración, que en los dos es de basto currículum en administraciones públicas estatales, federales, municipales y en el poder legislativo. De Kiko Vega aparecen más de 49 bienes en el Registro Público de la Propiedad de Baja California, y Fernando Castro ha dejado huella en notas de prensa de actitudes cercanas al exceso, como aumentarse el sueldo de poco más de 40 mil pesos a casi 150 mil cuando fue Secretario de Gobierno de Jorge Hank Rhon en el Ayuntamiento de Tijuana, hecho que los panistas y los perredistas también han utilizado como señalamiento y del cual el priista sale al paso sólo diciendo que él no se lo aumento, sino que se lo incrementaron.
En la campaña que se torna de ataques en Baja California, Vega está acompañado por los líderes nacionales que integran la alianza que representa, Jesús Zambrano del PRD, Gustavo Madero del PAN; mientras que Castro ha sido abandonado por su líder nacional, César Camacho.
A estos hechos, personajes como Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa o César Duarte, quienes han venido a Baja California a participar en mítines proselitistas de fin de semana, los llaman campaña sucia. Señores, es cuestión de fama pública, y eso no se puede borrar y menos en época electoral.
Los políticos deberían saber que conducir su vida con propiedad, honestidad y transparencia es la forma de ganar un voto y evitar los señalamientos en tiempos electorales, hacer lo contrario los lleva a la exhibición porque precisamente son personas públicas, llegan a donde llegan con nuestro voto y cobran lo que cobran de nuestros impuestos, por tanto tenemos derecho a calificarlos y especialmente cuando están pidiendo nuestro sufragio.
Los líderes de los partidos, particularmente el panista y el perredista, le están apostando a todo para ganar la elección de Baja California; como decimos por acá, «están echando toda la carne al asador» para salir triunfantes en su piloto de alianza con miras al 2018. Además que esta, la de Baja California, es la primera contienda a Gobernador que le toca al Presidente Enrique Peña Nieto, la competencia entonces, traspasa las fronteras bajacalifornianas para alojarse en la esfera nacional.
Sin aventurar resultados les digo que la situación –entre la población y no entre las instituciones– está pareja. Un día el del PAN va arriba, otro el del PRI. El destino los alcanzará el 7 de julio, pero ahorita hablar de campañas sucias o negras, no le queda ni a Beltrones, ni a Duarte, ni a Gamboa ni a priista alguno. La realidad es que la fama pública de su candidato, y de igual manera del candidato del PAN, no son las más limpias. Pero el verdadero desaseo de la campaña llega cuando en lugar de la propuesta, del señalamiento directo, de la denuncia oficial, se quejan de lo que dijo uno del otro.
Para eso me gustaban. O para mayor precisión, el que se lleva se aguanta ¿No?
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